domingo, 10 de mayo de 2015

SORGINKERIXEK - BRUJERÍAS


Sorginkerixek -Brujerías- solía decir amá cuando le contabas que por el teléfono escribías emails, wasapeabas y veías a tu contertulio al otro lado de la pantalla. Gracias a estas sorginkerixes China ya no está en tan "extremo" Oriente. Sí lejano, -¡la de horas de avión para llegar hasta aquí!- pero como he dicho antes, me entero seis horas antes si Esperanza Agirre avanza o retrocede, o si Urkullu tiene catarro. La final del Camp Nou, por contra, me pasará alguna factura de sueño, pero lo primero es lo primero.

En el aeropuerto de Bilbao coincidí con una pareja que iba a Shanghai y, al igual que yo, hacían escala en París. Conocían bien este viaje pues lo repetían por cuestión laboral una o dos veces al año. Pues eso ayuda por la cosa del cambio de terminal en Charles de Gaulle, etc. El vuelo fue fantástico, la comida, la entre-comida-y-comida, la película, los periódicos, la novela, la cabezada...todo. Pero largo. Así que "lejano" Oriente, sí.

En Shanghai, pasaportes, maletas...nada de cahondeo con la poli de aquí. Y ¡llamar a casa! ¿Cómo? La SIM, nuevo número, "cuidao, que es caro en el aeropuerto", 32euros, y me ha durado tres días por el consumo de datos, y el hecho de que Shanghai es una provincia y Zhejiang es otra. (Vaya por delante que la citada provincia es del tamaño de Castilla y León y 50 millones de habitantes). ¡Por unos euros va a ser! "Aquí estoy". "Todo bien". Y una sarta de besos y abrazos telefónicos. 

Dinero. Ponte a buscar el banco fiable que te va a dar duros por pesetas. ¡Estás tú bueno!  6.45 yuanes por euro. Pues que así sea. Punto. ¿Y ahora hasta Lishui? 450 kim. No puedo. Estoy agotado. Me quedo un día en Shanghai. "Mister, Hotel?" Pues sì. El mister quiere un hotelito baratito y con vistas al Mediterráneo. Eso ya no hay por aquí. "Cheap Hotel". "Yes". Va a tener que ser cerca del aeropuerto. Pues, casi que mejor. Lo que necesito es ducharme y dormir, y hablar tranquilamente con casa.  Y mañana hacia Lishui. 

Wechat, la brujería móvil que todo el mundo lleva en la mano a todas horas. Una aplicación con la que todo el mundo está escribiendo y hablando hasta en los lugares y circunstancias más inesperadas, mientras conducen la moto, por ejemplo. Es, como se dice ahora, la clave. Wechat cuando hasta ahora era el "wasap". O los dos. Pues eso, los dos. En China absolutamente todos wechatean. Y para escribir, hablar y vernos, perfecto. Hay más sorginkerixek, por supuesto, y gracias a ellas estamos todos alejadamente juntos. 






1 comentario:

  1. Como dirían los gallegos, "Meigas, haberla haylas, el caso es encontrailas". Ya tengo instalado eso que dices del WeChat, a ver si lo estrenamos un día de estos... Disfruta de las brujas!!! No seas como la Inquisición, que en Holanda las sumergían en el canal más próximo durante 20 minutos, y si flotaban eran brujas, y entonces las quemaban, y si no... no hacía falta quemarlas.

    Otro abrazo desde Alcobendas, el lejano Oeste, como el de John Wayne,

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